miércoles, 12 de enero de 2011

El mate de mi Tia Elba

Mi tia Elba era argentina y le encantaba el mate, ella nos reunía en su casa algunos domingos y sacaba la pava donde hervía el agua, mientras se hacía el asado. Nunca perdió su acento ni su fuerza de voluntad. Gracias a ella nos vinimos a España. Casada con mi tio Paco, hermano de mi madre y natural también de Ronda (Málaga), nunca se cansó de escuchar las historias que sobre esta ciudad contaban mis tios, tal es asi que cuando llegamos, ella sola se bajó del tren que nos había dejado en la estación rondeña y sin que nadie le dijera el camino,  llegó hasta la casa de Tita Chechita la hermana de mi abuela que vivía allí. Siempre la recordaré como una mujer muy trabajadora y fuerte y a ella le dedico este rinconcito.


Cebando Mate

La pava es uno de los  instrumentos indispensables para el consumo de la yerba mate, al igual que la bombilla y la yerba. Está diseñada especialmente para ese fin, aunque se puede reemplazar por una tetera que tenga boca angosta.
Este recipiente metálico al que se le carga agua por la parte superior, tiene una tapa y un pico vertedor, cuya angostura lo convierte en ideal para el consumo de mate, así se puede echar el agua de un modo más direccional y evitando descuidos. El mate se toma sorbo a sorbo mientras se conversa.

El secreto está en calentar el agua hasta justo antes de que empiece a hervir cuando la pava empieza a "chillar" le damos unos segundos más (depende del fuego) y apagamos. Si el agua hierve pierde todo el oxígeno y el mate no queda igual.

En el paso del llenado del mate es imprescindible no echar yerba de más, porque si no se vuelca. Luego se tapa la boca (del mate no la tuya) con la palma de una mano y lo inclinamos para que la yerba quede también inclinada, volviendo a colocar el mate sobre la mesa con cuidado para que la yerba se mantenga en esa posición.

Colocamos la bombilla pues el agua ya estará caliente y a la temperatura correcta, si no podemos templar el agua con un vaso, podemos recurrir al truco de echar el agua dejándola resbalar por la bombilla para que al hacerlo se enfríe un poco y se hinche la yerba.

La yerba se arregla antes de empezar a cebar, se empuja un poco para formar un escalón entre la parte donde vamos a echar el agua y la yerba restante, así queda el mate dividido en dos, la mitad donde se echa el agua y la otra mitad donde queda yerba a la espera de las vueltas.

Después de unos cuantos mates, cuando ya no se produce espuma y se empieza a lavar, sacamos la bombilla de su posición inicial tirando hacia arriba, dándole un cuarto de vuelta en el sentido de las agujas del reloj, la bombilla sale de donde está el pulgar y la colocamos donde está el índice.

Para meter nuevamente la bombilla, la colocamos en la nueva posición y luego empujamos la yerba con ésta hasta volver a formar el escalón, en la mitad del mate. Seguimos tomado mate y cuando se vuelve a lavar le damos otra 1/4 vuelta y luego otra más, hasta que el mate está totalmente lavado.

Es preciso saber que tomar mate es más que beber un líquido a través de una bombilla, es una sensación, un sentimiento, una tradición, una compañía...




1 comentario:

Mª Ángeles Sánchez dijo...

Muy curioso y bien explicado, y como siempre, y nos tienes acostumbrados, una bonita historia detrás.